La Regadera busca su récord Guinness

R.C.G.
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Hará nueve conciertos en nueve ciudades en un solo día. El reto es tocar en todas las provincias de Castilla y León lo nunca hecho a nivel mundial para un grupo

La Regadera busca su récord Guinness

Pocas veces un título de un disco ha reflejado con tanta claridad el espíritu de un grupo. Dormir es de cobardes es el nuevo trabajo de La Regadera, que se ha propuesto cumplir a rajatabla con su propio lema ya que llevarán su música a las nueve provincias de Castilla y León. Hasta ahí los planes entran dentro de la normalidad de cualquier grupo, pero ellos quieren hacerlo en solo 24 horas, una maratón de carretera y escenarios con la que aspiran a entrar en el libro Guinness.

La locura dará comienzo en León en la tarde del lunes 22 y finalizará en Zamora tras haber recorrido de punta  a punta la comunidad autónoma en una frenética carrera en la que los instrumentos compartirán protagonismo con la furgoneta. ABurgos capital llegarán ese mismo día, a las 20 horas, y tocarán en el Bar de Bñas (calle La Puebla).

El único antecedente similar es de un grupo que hizo seis conciertos en la misma noche, pero sin salir de Madrid. La Regadera se ha lanzado a la aventura en una de las regiones más extensas de todo Europa. Por eso cada segundo cuenta,  ya que un mínimo retraso en la planificación daría al traste con el reto.

Si subirse a un escenario es una descarga de adrenalina, hacerlo a nueve de forma consecutiva «es una locura, pero de las bonitas, de las que estás deseando que llegue aunque al final ya no vamos a saber ni en que ciudad estamos tocando», admite el batería Gorka Artigue. Saludar, tocar y sin tiempo para despedirse ponerse otra vez en ruta para volver a empezar sin ni siquiera probar en el nuevo destino.  ¿Y dormir? «Por la madrugada habrá que echar una cabezadita o en los viajes, aunque poco que eso es de cobardes», afirma entre risas. Les acompañará una cámara para dejar constancia de esta disparatada experiencia en una película que verá la luz en octubre.

Los conciertos serán mucho más cortos de lo habitual, aunque prometen volver a cada lugar con más calma durante el otoño. La excepción la harán en la fiesta de Villalar donde tocarán más tiempo ya que es una escala con especial simbolismo, por lo que significa para un grupo regional y porque es un trampolín que en su momento sirvió para darse a conocer a otras bandas de la comunidad como Celtas Cortos o La M.O.D.A. cuando estaban a punto de despegar, como ahora lo está La Regadera.

Y es que el grupo mirandés afronta un momento clave de su carrera. Si el año pasado su nombre ya empezó a colarse en algunos de los grandes festivales del país, el nuevo trabajo puede significar el salto definitivo. En un par de meses ya supera con creces las reproducciones de sus anteriores trabajos en todas las plataformas digitales y están experimentando esa mágica sensación de tocar a cientos de kilómetros de casa y que el público se sepa todos los temas. «Pocas sensaciones son tan gratificantes como salir a un escenario en Galicia o Guadalajara y que la gente cante hasta las nuevas canciones, aunque lo malo es que antes me podía equivocar con las letras y nadie se daba cuenta  y ahora me pillan», apunta con humor el cantante Gonzalo Madrid.

En el calendario hay decenas de fechas para este año pero dos están especialmente marcadas en rojo por ser las de su estreno internacional, que les llevará  de gira por la República Checa y México, un paso más en su carrera.

A pesar de que, después de miles de horas de ensayo e infinidad de sacrificios por fin el éxito está llamando a su puerta, los componentes de La Regadera mantienen los pies en el suelo. «Vamos subiendo peldaño a peldaño, pero sobre todo disfrutando de cada momento sin crearnos falsas ilusiones; nos encanta tocar y tocar», remarca Madrid.