Madrid

Obús, la cerveza más heavy

«Fortu, yo te hago la cuña», le gritaba ayer el locutor Mariskal Romero al líder de Obús en la presentación de la cerveza de la mítica banda madrileña. «¡Prepárate, va a estallar... la cerveza!», le regala desde el tendido, mientras Fortu le da un trago al vaso.

Parecía cuestión de tiempo que dos cosas tan vallecanas como la cerveza y el rock encontraran un punto de unión. De las calles del distrito han salido bandas míticas del rock nacional como la propia Obús, Ska-P o Topo. Y de esas mismas calles salen más de 45.000 litros de cerveza al año de la mano de la Compañía de Cerveza Valle del Kahs (CCVK), una microcervecera regentada por el vallecano y maestro cervecero Daniel de Julián.

«Somos una banda muy cervecera, así que teníamos que tener nuestra propia cerveza», comenta Fortu, líder del grupo, encaramado al fermentador por orden del fotógrafo. «Llevamos en la música desde los años 80, teníamos un disco de diamante, pero no una cerveza, así que haberlo conseguido por fin es algo increíble. Y encima, hecha en Vallecas», resume Paco Laguna, guitarrista de la banda, que también apura un trago directamente de la botella.

Los creadores de himnos como Vamos muy bien o Va a estallar el Obús, se unen a la lista de otros grupos, nacionales y extranjeros, que cuentan con su propia bebida. Pero con una particularidad: es una cerveza elaborada en exclusiva para ellos. «Esta no es una [cerveza] a la que se le ha puesto una etiqueta», comenta Fortu, «está hecha por nosotros». Tan suya que tiene una receta exclusiva, creada por Daniel de Julián, maestro cervecero de CCVK, para la banda. «Es mi regalo para el grupo», comenta.

El grupo, que en los próximos meses sacará nuevo disco de estudio, quiere seguir llevando el barrio por bandera. Y llevar la cerveza a sus conciertos es una herramienta más.

Para elaborarla, el grupo se reunió antes con Daniel de Julián para ver cómo era su birra ideal y probar toda la gama de CCVK. «Fue un día muy divertido en el que entramos bastante bien pero salimos regular», señalan entre risas.

La receta está adaptada a los gustos de la banda. «Es de sabor suave, pero con color y sabor», ratifica Fortu después de un trago largo. En el proceso de elaboración, en el que también participaron los músicos, se han empleado tres maltas y tres lúpulos del Valle del Órbigo (León) y agua del depósito que el Canal de Isabel II tiene en el barrio. «Más vallecana no puede ser», resume Fortu. «Se le ha dado el toque de carbonatación justo para que se pueda beber más de una sin hincharse», apunta Daniel de Julián. «Además, es de Vallecas, así que tiene que estar buena», sentencia Fortu.

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